un piojito perdido en Alcampo
Fui al super a hacer unas compritas y estaba yo muy interesada en las cremas solares cuando se me acercó una señora bastante mayor y me preguntó: ¿Este es tu hijo?. Mi cara tiene que haber sido impresionante. Respondí: no… por?, y la buena señora siguió: Es que está perdido y no sé que hacer…
El nene era un piojito que no me llegaba ni a la cintura. Desde allá abajo me miraba con los ojos llenos de lágrimas, unas pestañas eternas y un pucherito permanente. Entonces lo cogí de la mano y saqué a relucir mis dotes maternales. Para empezar me agaché, para ponerme a su altura y darle más confianza. Le hice un par de preguntas fundamentales. Su nombre: Javi. Edad: 3 años (mi amooooor!!!) y el nombre de su mami: Bea. El nene me miraba con un poco de desconfianza, pero al menos ya no lloraba! Así que lo llevé a información, mientras le contaba una historia de por qué su mami no estaba, que ya la llamaríamos por el micrófono y que si tardaba un poquito nos poníamos a jugar.
A esta altura yo creo que Javi prefería más quedarse jugando que encontrar a su madre, que total…tarde o temprano aparecería, aunque él pensaría que se iba a ir sin él, pobriño!. En el puesto de información me atendió una chica, le dí a entender que la madre del niño estaba extraviada (supongo que sería menos fuerte para él que decir “este niño está perdido!”). Senté a Javi en el mostrador.
A la de información se le dio por preguntarle el apellido, cosa que Javi no soltaba ni de casualidad. Ella afirmaba: necesitamos su apellido. Y yo retrucaba: a lo mejor ni lo sabe, estamos perdiendo el tiempo!. La tía se puso a envolver un regalo que le trajeron mientras aplicaba sus técnicas “muy poco maternales” para preguntarle el apellido: como que no tienes apellido? Y tu padre como se apellida? Cómo te llaman en la escuela? Sólo Javi? No te creo…
A todo esto la cara del niño se iba transformando, su madre no aparecía. Y la mía también, esta tía era tonta o se hacía?? Entonces, intentando controlarme para que Javi no descubriera mi lado más neurótico, le dije a esta señorita, muy amablemente y con una sonrisa de oreja a oreja: Tu crees que a las 19 hs, en este mismo super, habrá más de un niño de tres años extraviado, que se llame Javi, y cuya madre se llame Bea????
Por fin entendió la tía esta!! Al final el niño tenía más capacidad de razonamiento que ella, por favor!! Se dignó a llamar por el micrófono y a los 10 segundos apareció la madre que ya le estaba por dar algo de la cara que traía la pobre!. Y nada… acá termina la historia de cuando fui madre por diez minutos jajaja. Javi me dio un beso y me regaló una sonrisita.
Yo miré con mala cara a la tía de información, por demorar tanto!!
Conclusión: cada vez amo más a los niños y entiendo menos a los adultos!