...nada es para siempre...

No ha pasado mucho tiempo desde q tuvimos nuestro primer contacto, pero las cosas se sucedieron tan rápido y en cantidades q me es imposible pensar q sólo hayan pasado cinco meses desde nuestro primer beso. Ese beso sí que se hizo esperar, pero puedo hablar de una dulce espera, llena de detalles que me hacían los días muy emocionantes. Fuiste mi nueva ilusión y de alguna forma podría resumir hasta decir que fuiste la persona que me sacó de ese pozo en que me hallaba inmersa. Desde que decidí que iba a conquistarte volví a experimentar sensaciones que habían quedado en el olvido. Digamos que saqué mi armamento más pesado con un único fin, que te fijaras en mí aunque sea por un rato. Sé que era muy poco pretenciosa, pero es que venía de unos meses ajetreados y no quería volar demasiado alto. Cuando te tuve conmigo no lo podía creer. Se lo conté a todo el mundo con una sonrisa imborrable. Pasado ese primer momento deseaba muchos días más como ese, pero volví a controlar mis impulsos “proyectores”… Mi buena racha siguió hasta el punto de que compartimos casi todo. Pasamos de hablar de cosas banales a contarnos nuestras historias, traumas, manías, infancias, los momentos que marcaron nuestra vida. Más adelante empezamos a hablar de futuro, y a veces nos nombrábamos como parte de él. Los hechos estaban superando todos mis deseos, y me sentía muy feliz.

Pero no por nada no quería proyectar desde un principio. Tenía miedo porque suponía que eras de una forma. Poco a poco me fui convenciendo de que tenía una imagen errónea. Te volviste una persona atenta, tierna y cariñosa. Incluso tus defectos me siguieron conquistando. Aún así me costaba entregarme. Sabía, no me preguntes por qué, que no iba a seguir siendo todo color de rosas. Algunos lo llaman “sexto sentido”, yo me conformo con llamarlo “un poco de visión”… El tiempo nos descubrió muy distintos, aunque haciendo lo posible por compatibilizarnos. Pero, evidentemente, no es nuestro momento. De todas maneras, me conformo con los buenos recuerdos que me quedo y, sobre todo, por haber dejado algunas lágrimas en tu nombre, signo de que fuiste importante, de que volví a sentir, de que mi mundo no estaba reducido a una sola persona como alguna vez supuse.

Que si estoy triste? Mucho… Sé que es lo mejor, estoy absolutamente convencida, pero de todas formas se me ha venido abajo una ilusión y eso siempre acaba por tirarnos por un tiempo. Sólo espero que podamos seguir compartiendo cosas, de alguna manera… Y que me quieras como te quiero...