¿suerte o destino?

Puede que no estuviéramos en el destino del otro, pero nos cruzamos en el camino, en un momento muy especial. Fue en “ese” momento en que los dos lo necesitábamos. Yo tenía que encontrar una ilusión, unos ojos que mirar fijo, una preocupación y nuevas sensaciones que me alejaran del pasado. Vos necesitabas una paz, un stop, un poco de orden y algo nuevo en qué pensar. Entonces cuando nos vimos no nos dejamos escapar. Dejamos que la vida barajase las cartas y sin perseguirla la historia llegó sola, o será que hicimos todo para que se diera… no lo se, pero tampoco me preocupa.
Abro los ojos y te veo, me reconforta saber que te tengo, y no siento el temor de perderte, porque no estabas en mis planes. Las cosas se van volviendo más intensas y tengo miedo de atravesar esa línea tan imperceptible entre el deseo y la necesidad, entre lo que quiero y aquello que se vuelve imprescindible. Tengo miedo de sentir que sí estabas en mi destino. Prefiero verte como lo que llegó y no como lo que tenía que llegar. No quiero asumir la responsabilidad de tener que conservarte conmigo siempre. Sin embargo, me tienta sobremanera la idea de amanecer cada día a tu lado…